El invierno está a la vuelta de la esquina. Tras un verano caracterizado por las altas temperaturas y las interminables horas de sol, el día se va apagando a pasos rápidos, obligándonos a adoptar otras rutinas mucho más tranquilas y relajadas.
El frío que caracteriza a la época del año que está por venir nos permite disfrutar más de nuestros rincones, y buscar esa calidez que extrañamos cuando nos encontramos fuera de casa.
La iluminación puede ser nuestra mejor aliada en este sentido; ella es la encargada de acercarnos a nuestro bienestar y de crear los mejores ambientes hogareños posibles.
Estas claves nos ayudarán a instalar una iluminación invernal que nos ayude a crear ambientes cómodos y especialmente acogedores, en los que resguardarnos de las bajas temperaturas.
Claves para crear una correcta iluminación invernal
Instalar luz cálida
La iluminación está muy ligada a nuestros estados emocionales. La relación que existe entre este elemento y nuestro mundo interior es tal que nuestras emociones pueden variar en función del tipo de luz que exista en el lugar donde nos encontremos.
Nuestro hogar es nuestro lugar predilecto. A él recurrimos para resguardarnos del clima, del estrés y del cansancio. Tras un día especialmente ajetreado, deseamos llegar a casa y disfrutar del confort que nos ofrecen nuestros espacios.
La iluminación tiene el poder de potenciar todo ello, creando lugares especialmente acogedores que inviten a resguardarnos.
La luz cálida es especialmente eficaz para crear un ambiente cálido y reconfortante. Sus tonos amarillos y su suspensión en el ambiente crean atmósferas en las que el bienestar es el principal protagonista. Por ello, se recomienda instalar luz cálida en aquellas estancias que incitan al descanso, como puede ser nuestro salón y/o nuestro dormitorio.
La luz cálida es aquella que mantiene una temperatura del color baja, situándose entre
2000 y 3000 grados Kelvin.
Potenciar el ahorro energético y económico
La temporada invernal se caracteriza por la reducción de horas de luz solar en comparación a la época veraniega. Es por ello que
necesitamos hacer uso de la luz artificial durante más horas diarias. En este sentido, resulta especialmente recomendable potenciar el ahorro energético y económico ligado al consumo de energía.
La iluminación LED es nuestra gran aliada, de acuerdo a sus ventajosas características.
Actualmente encontramos infinidad de lámparas que cuentan con iluminación LED. Además de ofrecer una larga vida de uso, son respetuosas con el medio ambiente y la luz que desprenden nos ofrece unas cualidades óptimas de funcionamiento.
Dotar a nuestras estancias de diferentes puntos de luz
Una buena manera de conseguir una iluminación cálida es
instalar diferentes puntos de luz a lo largo de la estancia, que permitan crear diferentes juegos de tonalidades y extender la calidez a través de todo nuestro hogar.
Si bien es cierto que una
luz general ilumina toda la estancia, dotar a nuestro hogar de
lámparas de pie,
lámparas colgantes y/o
de sobremesa nos permitirá crear diferentes puntos ambientales, creando un conjunto muy armonioso y cálidamente estable.
Adaptar las lámparas al ambiente
Además de iluminar nuestras estancias,
la iluminación instalada debe dar respuesta a nuestras necesidades lumínicas más importantes. De esta manera, podemos iluminar nuestro rincón de lectura y evitar una iluminación excesiva en nuestro rincón de relax. Optar por
adquirir luces regulables es una muy buena manera de conseguir una iluminación óptima y fácilmente adaptable.
Además,
el diseño de las lámparas deberá ser acorde al estilo decorativo que reine en la estancia, para poder conseguir una estética armoniosa que nos aporte parte del bienestar que buscamos.
Adaptar nuestra iluminación al invierno resulta tarea sencilla, siempre y cuando tengamos en cuenta estas claves esenciales.